Diseño Sensible al Agua
El Diseño Urbano Sensible al Agua es un marco conceptual que impulsa un cambio de paradigma en el aprovechamiento y manejo de los recursos hídricos en entornos urbanos. Este concepto tiene el potencial de abordar múltiples retos y objetivos, mediante el despliegue de una diversidad de operaciones de diseño y planeación urbana alineadas al ciclo del agua.
El Diseño Urbano Sensible al Agua integra estrategias para el manejo del agua de lluvia, manejo de aguas subterráneas y manejo de aguas residuales, de tal forma que se reduzca el impacto del desarrollo urbano en el medio ambiente. Es decir, en lugar de deshacernos de los recursos hídricos lo más rápido posible, el enfoque aprende a diseñar y convivir con el agua, minimizando su extracción y exportación acompañado de un manejo local y sostenible.
Componentes de Diseños Urbanos Sensibles al Agua y sus interacciones.
Fuente: elaboración propia, ORU, 2020 basado en (Ashley, et al.2013).
En su ensayo La Ciudad Sensible al Agua: Principios para la Práctica, Wong y Brown (Brown et al., 2009, p. 673-682) proponen un marco conceptual para entender la evolución del contrato social a partir de las transiciones históricas en la gestión del agua en la escala urbana.
De cara a los desafíos del cambio climático existe una necesidad crítica para la inversión estratégica en soluciones sostenibles y de largo plazo, donde el enfoque de una Ciudad Sensible al Agua es particularmente útil para replantear los paradigmas establecidos para el manejo del agua. El enfoque de la Ciudad Sensible al Agua es un marco conceptual que ayuda a transicionar hacia el ‘cómo’ transformar los paradigmas de manejo de agua en una ciudad, usando al diseño urbano y al capital social como herramienta.
Balance hídrico de la Ciudad de México
Fuente: Hacia una Ciudad de México sensible al agua, El espacio público como una estrategia de gestión de agua de lluvia. Florian Boer, Bas van de Pas y Víctor M Rico Espínola para la Autoridad del Espacio público del Gobierno de la Ciudad de México, 2016.
El manejo de agua en entornos urbanos no es nada nuevo, durante siglos las civilizaciones han adoptado diferentes tecnologías y modelos de gobernanza para su regulación, distribución y manejo. Debido a los procesos de urbanización, al paso del tiempo las ciudades han hecho uso de los recursos hídricos de manera irracional. Dichos procesos evolucionaron de la mano de infraestructuras grises para la extracción, abastecimiento y drenaje del agua, entendido como un sistema lineal y donde el agua es tan solo un producto listo para desechar tras su consumo. De manera paralela, el manejo del agua de lluvia que cae o escurre sobre las calles muchas veces termina mezclada con el sistema de drenaje, y que cuando este colapsa, el agua estancada resulta en eventos catastróficos, pero humanamente creados. Aunado a esto, la pavimentación de las ciudades y la falta de áreas verdes agrava el problema, ya que el agua no se infiltra de manera natural, ocurriendo así un proceso opuesto al del ciclo natural del agua.
Las ventajas de adopción de este modelo es sumamente relevante, ya que un futuro sostenible requiere enfrentar desafíos enormes como la mitigación de inundaciones debido al aumento de precipitaciones, la reducción del efecto de isla de calor o el aumento de la permeabilidad del suelo útil para la recarga del acuífero, entre otros. En otras palabras, el Diseño Urbano Sensible al Agua abre camino para mejorar la experiencia humana en ciudades y comunidades que estén en equilibrio con la naturaleza y adaptándose a los retos del cambio climático.
“El enfoque de la Ciudad Sensible al Agua se centra particularmente
en el ‘cómo’ transformar las ciudades mediante la integración
de las mejores ideas y prácticas en la gestión del agua
urbana, el diseño urbano y los sistemas sociales e institucionales.
”